Poesía fuera del papel: un par de poemas recitados por su autora, Pilar del Pozo Manchado
La
música está llena de versos que en ocasiones se vuelven poemas. El Ojalá de Silvio
Rodríguez, los Pájaros de barro de Manolo
García, el Donde habita el olvido de Joaquín
Sabina, el Si pudiera de los Suaves o La
vereda de la puerta de atrás de Extremoduro están
llenos de lirismo, de imágenes con las que se nos araña y agita al
público. Sin embargo, separada de la música, apenas se escucha poesía,
una expresión artística que no nació para no hacer ruido, sino para ser cantada o
declamada. Me gusta leer poemas y, por supuesto, componerlos, pero también
darles forma con mi voz, interpretarlos. Quiero creer que los poetas podemos
volvernos de nuevo trovadores y hacer que la poesía, a veces tan elitista, tan
alejada del barro del pueblo, vuelva a ser parecida a lo que empieza.
En este artículo os dejo un par de vídeos en los que comparto estos dos
poemas: Quiero dejarlo por escrito y Las
primeras hojas recogidos en el poemario A esta
altura de Tejados.
(El
poema Quiero dejarlo por escrito es una adaptación del original
que rehice para que lo musicalizara la cantante argentina Mariela Casetta)
QUIERO
DEJARLO POR ESCRITO
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Quiero dejarlo por escrito
por si me olvido del nombre
de poeta de esta calle,
del timbre de mi casa,
quién abría y quién cerraba,
las canciones que sonaban
solo me hablaban de ti.
Si desnuda de memoria
solo quedara la escarcha.
Si un día no entendiera
el humo en la mirada.
Si al descorrer la mañana
me olvidara de ti.
Quiero dejarlo por escrito.
Quiero dejarlo por escrito.
Si se fuga de mi mesa
El temblor de los poetas.
El amor de nuestra cama,
si en la carne lluvia mansa
no regresa, no regresa.
Si
un día me olvido de ti.
Quiero dejarlo por escrito.
Quiero dejarlo por escrito.
Por si ya no te supiera
amante, amigo o hijo.
Quiero dejarlo por escrito.
Quiero
dejarlo por escrito.
LAS
PRIMERAS HOJAS
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Me
echas la noche a los hombros.
Se
barruntan entre los cristales de la casa
Las
primeras señales del otoño.
Te
noto en la prisa por desvestirse
Del
bosque caducifolio.
Comienza
a hacerse tarde
Y
quieres decir algo que no dices.
Me
abres en la cama a tus ojos,
Me
acercas,
te
cerco.
Me
besas,
te
beso.
Me
agitas raíces y pechos.
Te
agito ramas y tronco,
Hasta
que caen por fin
las
primeras hojas.
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