VERSOS PARA LA BESTIA RUSA MIENTRAS BEBE VODKA
La
bestia bebe vodka
mientras
deshace en su sangre fría los mapas.
Le
ha bastado introducir una moneda en la rendija
para
poner en marcha los tanques
y la
huida de los pies nómadas a otra Europa.
Avanza
cargada de humo de bombas;
como
levadura de guerra, avanza.
Mientras
ata vainas de cuerpos en las farolas
se desangran
entre sus fauces la tierra robada y la palabra.
Me
pregunto si existe algún verso capaz de parar a la bestia.
Me
pregunto si será el de algún poeta ruso,
Yevtushenko,
tal vez, Inna Lisniánskaya.
Me
pregunto si tendrá que salir del grito de sus propias tripas
que se
retuercen, aún a punta de pistola, en la
Plaza Roja.
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