Las palabras dicen lo que dicen
Mi mañana ha comenzado en El jardín colgante, novela inacabada de Patrick White. El premio Nobel australiano me ha puesto frente al estallido de belleza de esta imagen: "Te quedas sola en el jardín. Cuando levantas la cabeza hay un largo hilo plateado que conecta tu barbilla con la tierra sobre la que has estado tumbada".
Engarzada a esta misma mañana de agosto tan literaria, tan bella, me ha estallado en los mismos ojos la noticia: Israel ha intensificado aún más los bombardeos indiscriminados en Gaza. Alejandra Pizarnik aseguraba que las palabras dicen lo que dicen y, a esta altura del genocidio sionista, "intensificado" e "indiscriminados" dicen: aún más bombas fabricadas por los Estados Unidos que seguirán asesinando en la Franja; aún más muertes de civiles gazatíes en ese terrible oxímoron de las escuelas refugio. La vida en Gaza, cada vez más muerta, no solo se va quedando sin hospitales, sin medicinas, sin escuelas refugio, sin jardines, sin barbillas unidas con hilo de plata a la tierra, sin tierra; también se le desaparecen las palabras de los hombres que dicen lo que dicen para poner fin a esta terrible obra que Netanyahu quiere por siempre inacabada.
Pilar del Pozo Manchado
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