El río de Heráclito


Hoy he amanecido con unas palabras de Heráclito en mi almohada:  "Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río". Me pregunto si fue exactamente así su enunciado porque tal vez de ese aforismo lo único casi seguro sea que de todas las bocas por las que ha pasado hasta darle esa forma, la primera fue la del filósofo de Éfeso, tan dado, por cierto, a la melancolía. Según Descartes, a excepción de nuestros propios pensamientos, no hay nada absolutamente en nuestro poder y entre lo que pudo pensar el griego a lo que luego dijo y ahora recordamos como suyo podría haber tantos aforismos como bocas y oídos seculares que lo orillaron a nuestra memoria.  Es más, podría haber infinitos aforismos en potencia. Prueba de ello, son las Glosas a Heráclito que compuso el poeta Ángel González quien también debió amanecer un día con esas palabras del griego en su almohada (se le conocía como el filósofo llorón y dónde mejor que una almohada para encontrárselo) y decidió bañarlas en nuevos ríos poéticos.  Son estas sus famosas glosas:

1

Nadie se baña dos veces
en el mismo río.
Excepto los muy pobres.

2

Los más dialécticos,
los multimillonarios:
nunca se bañan dos veces
en el mismo traje de baño.

3

(Traducción al chino)
Nadie se mete dos veces
en el mismo lío.
(Excepto los marxistas-leninistas)

4

(Interpretación del pesimista)
Nada es lo mismo,
nada permanece.
Menos la Historia
y la morcilla de mi tierra:
se hacen las dos con sangre,
se repiten.

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