POESÍA

POEMA AL OTRO LADO DEL PUENTE ROJO
Nuestros cuatro zapatos de niños
esperaban llenarse en la noche en vela.
Dormíamos con ojos de búho,
pendientes de cada ruido,
y  aquella noche todo sonaba:
el parqué, los muebles, el frigorífico,
el latir del reloj de bronce, 
¿o eran nuestros corazones?
Pero el sueño , aunque tarde,
siempre llegaba:
A dormir, a dormir, que vienen los Reyes Magos.
¿Recuerdas quién era el primero en levantarse?
Era el único día del año en que no hacía falta
que mamá lo tirara de la cama.
¡Levantaos, los regalos!
Siempre avisaba Chicho.
Y ahí estaban las monedas en los zapatos
y las pinturas Alpino
y el pequeño piano
y el balón
y la muñeca. 
Pero siempre faltaba algo si tú no estabas
y había que mirar en línea recta,
sempre em frente,
hacia el Cristo Rey,
al otro lado del puente rojo.


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