Sit down: Nina Simone is singing
POEMA NINA SIMONE
En su voz cabía
el eco oscuro de los
volcanes,
pero sus pasos eran otra
cosa:
lentos como viejos trenes de
madera.
Ella nunca llevó prisa;
sólo cantaba desde el borde
del cráter
para verter poco a poco su
lava,
que es como se remueve
la conciencia del hombre
blanco
y se agitan las cadenas del
negro.
Y porque nunca tenía prisa,
aquella noche
levantó su trasero del
asiento de pianista
y se dirigió despacio, muy
despacio,
hasta el borde mismo del
escenario.
Se había fijado en alguien de
entre el público:
un señor al que no conocía;
al que no volvería a ver.
Charló con él un buen rato;
“I love you”, se despidió
y de nuevo, sin prisas,
regresó al tañido de teclas
blancas y negras,
y al borboteo de su voz negra
sobre las almas de un público
en su mayoría blanco.
Nunca nadie le protestó por
sus interrupciones,
porque hay esperas que no son
inútiles.
No, no llevaba prisa.
Y tampoco llevaba exactamente
ojos cuando actuaba.
Era la suya mirada de Gioconda felina,
y en aquel mítico concierto de Montreux,
mientras tocaba piano, público, locura
y mundo,
todo a un tiempo,
en mitad de su Stars,
Nina Simone reparó en aquella
mujer.
Entre
“las estrellas aquella noche
parecen ser la última luz del
sol”,
y
“all you can
see is glory”,
la mujer se levantó.
Nina Simone
apartó entonces sus manos del
piano
para gritar con la fuerza de
un continente:
“Girl sit
down.
Sit
down.
Sit down”.
Tras la reprimenda prosiguió
su canción
como si nada de aquello
hubiera sucedido.
Porque ella no llevaba prisa,
sólo dientes de pantera negra
con los que pudo morder el
cordón policial
en aquella otra marcha negra
junto a Martin Luther King.
Y sin prisas,
pero con el dolor de la
Alabama de cucurucho,
de aquel octubre rojo de
algodón y bombas,
cantó a su público hasta
obligar a ver
a cada uno de los ojos allí vendados:
“Todos sabéis lo del maldito
Mississipi”.
No, nunca llevó prisa
sólo la certeza de las voces
que cantan para cambiar la
historia.
No se puede expresar mejor, en tus palabras he leído la voz de Nina Simone y al escuchar el vídeo era tal como la describes
ResponderEliminarMe alegro mucho de que estos versos te hayan hecho evocar la personalidad arrolladora y esa voz grave tan única de Nina Simone.
ResponderEliminarYa conocía a Nina Simone y según estaba leyendo la estaba viendo en su piano. Luego ves el video y se confirma que as conseguido transportar mi imaginación a la realidad. Fantástico
ResponderEliminarFue una mujer que no calló nunca y su música tampoco lo hará. Un afectuoso saludo.
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